El proceso de rehabilitación supone para la persona y su familia enfrentarse a situaciones nuevas. La familia puede necesitar apoyo e información para superar sus temores y afrontar estos cambios como una oportunidad para el crecimiento de todos sus miembros.
Al igual que con la persona, realizamos una evaluación del funcionamiento familiar identificando aquellos objetivos necesarios que serán consensuados con la familia y la persona usuaria de la residencia.
Es fundamental evitar la culpabilización y construir una relación de colaboración participativa, para ellos disponemos de programas específicos para familias, una coordinación ajustada a las necesidades de la familia y espacio de atención y asesoramiento para los miembros del grupo familiar que así lo requieran.