
Relatos de salud mental… Mi noche
Aquella noche del mes de noviembre, tenía el sueño ligero, me despertaba a ratitos. Una y otra vez tiraba de la manta hacia mi cabeza, pero nunca llegaba a cubrirme.
Pensaba en todas esas tonterías como los amigos que se han ido ya, en como será el día de mañana, esos y otros tantos pensamientos me quitaban el sueño me incorporé en la cama y vi que mi compañera dormía a pierna suelta. ¡Jo, qué envidia! De repente oí un ruido. Provenía del cuarto de las monitoras.
No quería que me pillaran despierta; me quité las mantas y puse las puntas de los pies sobre el suelo, estaba frío. Entonces noté un respingo en todo mi cuerpo; puse otro pie en el suelo, me congelé… no podía hacer nada de ruido, no quería que nadie me viera o llamar la atención. Salí de mi cuarto y caminé el pasillo, crucé el salón y allí estaba frente a la terraza. Lo que yo buscaba era ese cielo lleno; cuando abrí la puerta, un viento y un frío me detuvieron. Estaba la luna llena y gigante, parecía una pelota de golf; había muchas nubes, como señoritas a los pies de una reina… Pues sí señor, aquella noche en mi imaginación veía una reina. El cielo era de un color, la luna era una Diosa irresistible y todas las nubes la adoraban a sus pies. Después todo quedaba oscurecido y ennegrecido. Todo… y espero que sueñe y contemple muchas noches, ese susurro del viento como los árboles meciéndose a un compás, esta luna que flotando da luz a este inmenso, inmenso cielo.
Acabé mi pitillo y volví a la cama con los pies congelados, me envolví entre las mantas y me dormí.
Alejandra Zoido